Aunque la novela Drácula del irlandés Bram Stoker se publica en los últimos estertores del movimiento literario conocido como gótico en 1897, se sigue considerando como uno de sus máximos exponentes a pesar de que muchos la consideran dentro del género de novela negra.
El porqué de su importancia radica, entre otras cosas, en la fascinación por la inmortalidad, muy creciente desde que Mary Shelley publicara si también obra maestra Frankenstein o el moderno Prometeo 74 años antes.
Otra de las razones por las que Drácula envuelve al lector es por ser una novela epistolar. De esta manera el autor nos describe la historia en voz de los propios protagonistas, con sus diferentes puntos de vista y con la pasión contagiosa que esto genera en el lector
Los personajes nos adentran en un mundo lleno de rasgos románticos: oscuridad, cementerios, amor como elemento indisoluble de la muerte, atmósfera onírica. Las descripciones de Stoker son originales, delicadas, tétricas y elegantes.
Pero su característica más importante es sin duda el paso definitivo del vampiro, entendido hasta el relato titulado Carmilla de Joseph Sheridan Le Fanu, como el ser monstruoso del folclore europeo del siglo XVII, al ser elegante, seductor, hipnótico y atrayente hasta el punto de haber sido llevado a la gran pantalla en más de 300 ocasiones.
Stoker nunca viajó a Transilvania aunque capta exquisitamente el sentir popular de esta región llena de leyendas y mitos. También escoge como personaje principal al voivoda valaco del siglo XV Vlad Tepes o Vlad el Empalador. Aunque cuentan las crónicas que fue un ser despiadado e incluso se le trata de genocida, en la actual Rumanía se le considera un héroe nacional por lo que esta novela estuvo prohibida hasta 1990.
Otro dato curioso es que en la biografía de Bram Stoker se dice que perteneció a una Orden Hermética llamada Golden Down y que la novela estaría llena de claves secretas a la espera de ser descubiertas.
Sea como fuere, si aún hay alguien que no se haya dejado embriagar por esta gran obra de la literatura, vaya a su librería favorita y déjese llevar por las palabras de bienvenida del propio Conde Drácula: “Bienvenido a mi casa. Entre libremente. Pase sin temor. ¡Y deje en ella un poco de la felicidad que trae consigo! “.
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